El pasado 19 de febrero se inició el nuevo año chino: el Año de la Cabra. Los conocedores de este tema plantean que es un período propicio para cumplir metas, sueños y deseos postergados, siempre que decidas activar tu poder recuperando la capacidad de decisión así como la seguridad y confianza en ti mismo.
La Cabra es un animal que se fortalece con la seguridad que le aporta el grupo donde se encuentra. Por eso, en este año es importante reunirnos con gente cuya visión nos inspire y nos nutra.
Eso precisamente es lo que he sentido durante este fin de semana. He tenido la gran suerte de ser invitado a impartir un taller de Mandalas en Arch´ Ecovital, asociación formada por un grupo de mujeres extraordinarias: Raymonde Mayer, Ana Morin, Danièle Courrèges y Michèle Lamote.
Justo hoy he compartido una mañana mágica y especial con un diverso grupo de personas quienes se han entregado al proceso de creación de mandalas de manera entusiasta. Hacía mucho tiempo que no facilitaba un taller tan fluido y conectado con nuestra esencia, sintiendo la conexión de cada uno de los participantes con su propio interior y con el universo! He terminado la mañana rejuvenecido, vital y agradecido de poder compartir mi pasión y mis conocimientos con un grupo tan especial.
Aquí una muestra de sus primeros esbozos descubriendo esta técnica. Me da mucha alegría percibir la satisfacción de cada una de las participantes y sus ganas de continuar descubriendo las potencialidades del trabajo de creación de mandalas. ¡Que continúe el año con encuentros tan estimulantes y gratificantes como este!